Por Tomás Hidalgo Nava
Derek Walcott, Premio Nobel de Literatura y uno de los más destacados poetas y dramaturgos vivos del Caribe, lamenta que las consecuencias del racismo se encuentren aún presentes en todo el mundo y particularmente en la precampaña presidencial de Estados Unidos.
-Uno lo puede ver en las preelecciones estadounidenses entre Barack Obama y Hillary Clinton. Uno puede ver los vestigios del racismo ahí -afirma en entrevista el autor, quien se encuentra de visita en México para tomar parte en la conmemoración del décimo aniversario luctuoso de Octavio Paz-. Los comentadores de los medios han explotado este tema al referirse constantemente a los orígenes multirraciales de Obama -agrega el poeta.
Walcott, nacido en 1930 en la isla de Santa Lucía (antigua colonia británica) y ganador del Nobel en 1992, expresa -con voz pausada y rítmica- su pesar por la continuidad del dominio colonialista de los países grandes sobre las naciones pequeñas en los llamados tiempos de la globalización.
-Para mí, que he vivido en un contexto colonial toda mi vida, el cual aún permanece en mí de manera mental, esto parece cada vez más terrorífico. No debería haber pobreza en el mundo. No debería haber. Hay tanto para compartir como para que exista pobreza. El hecho de que haya hambre en nuestro siglo es una desgracia para la experiencia humana. Si se compara la hambruna que hay en Puerto Príncipe, Haití, con la vida de los multimillonarios, uno se pregunta cómo puede existie este contraste, cómo puede esto ser lógico -dice el autor de Another Life (1973).
-¿Qué puede hacer un poeta para manifestar este temor y hacer que la situación cambie?
-El arte es más influyente de lo que pensamos... Se ha dicho que la poesía no logra que las cosas pasen. Eso no es cierto. En la historia de las culturas recientes, la persecución y las ejecuciones contra los escritores demuestran que los dictadores han notado que la poesía tiene una enorme influencia. Se han dado cuenta de que la poesía es algo que uno puede traer dentro del sombrero en lugar de llevar todo un ejército. Los pensamientos en tu cabeza pueden ser más peligrosos que los ejércitos... Podemos causar más daño que una invasión. Mentalmente, el resultado es que un país empiece a pensar de otra manera. Es por ello que los tiranos buscan deshacerse pronto de los poetas, por la influencia que podemos tener. La poesía es capaz de hacer que muchas cosas pasen. Por otra parte, algunos poetas dicen que lo único que podemos hacer es advertir a la gente sobre los peligros. Pero en tiempos de crisis y de desesperación, los seres humanos buscamos instintivamente algo que nos brinde esperanza y fortaleza, y la poesía puede hacer eso, y lo ha hecho.
Unas horas antes de participar ayer en el homenaje en memoria de Octavio Paz en el Palacio de Bellas Artes, Walcott manifiesta su admiración por el escritor mexicano.
-En él se dio un equilibrio perfecto entre las culturas española e indígena sin que ninguna de las dos raíces lo atormentara -dice-. Octavio Paz reconoce la contribución española al mundo en términos de arte, así como el aporte espiritual de la cultura indígena. En él se tiene un gran ejemplo de lo que significa ser mexicano: contener ambos aspectos y no separarlos.
Aunque no tuvo un contacto continuo con Paz, lo recuerda como una persona generosa. Walcott cuenta que se conocieron en la ciudad de Washington y después tuvieron oportunidad de verse en Portugal y en algún otro sitio del mundo.
-Me cayó bien de inmediato. Cualquier gran artista que está seguro de sí mismo es generoso por naturaleza; no es egoísta. Fue entonces que surgió un gran afecto entre los dos.
El también catedrático de la Universidad de Boston asegura que algo similar le ha sucedido con todos los escritores latinoamericanos que ha conocido, como Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa, quienes tienen un gran disfrute de la palabra, si bien confiesa que no siempre ha visto lo mismo en los autores ingleses o estadounidenses, los cuales pueden ser a veces muy pomposos.
-Éramos dos hombres mayores actuando como niños de escuela; fue muy divertido -comenta.
En referencia a su afición por la pintura, el autor de la obra teatral Dream on Monkey Mountain señala que ve al arte pictórico como un lenguaje.
-No soy un escritor que busque expresar ideas brillantes a través de la pintura. Aunque pienso que uno puede ser influido como poeta por ella. Uno puede estar escribiendo algo en lo que se tenga en mente el claroscuro. Tal vez uno esté describiendo un rostro que aparece en medio de la oscuridad de la noche. Pintar es una tremenda ayuda para uno como escritor.
Fuente: El Financiero / MéxicoLunes, 21 de abril de 2008
1 comentario:
bien tomás, saludos. raúl quiroz
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